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La costra láctea bebés, también conocida como seborrea o dermatitis seborreica del lactante, se produce con mucha frecuencia en los niños pequeños.
Contenido
La costra láctea afecta aproximadamente a dos de cada tres bebés(1). Aparece durante los primeros seis meses de vida y a veces puede durar hasta que el niño tiene 2 o 3 años. El término costra láctea está reservado exclusivamente a los niños. No se habla de costra láctea en adultos, sino de dermatitis seborreica. A diferencia de lo que se suele pensar, la costra láctea recién nacidos no tiene nada que ver con una higiene insuficiente o la dieta. Este nombre se debe simplemente a la semejanza de estas costras con la leche que hubiera rebosado de una cacerola y se hubiera dejado secar sobre una placa de cocción.
Al final del embarazo, la madre transmite algunas hormonas al niño. Estas hormonas son las que van a estimular las glándulas sebáceas y causar la hiperseborrea, responsable de la costra láctea bebés. El sebo producido en exceso por las glándulas sebáceas situadas en la raíz del cabello atrapa las células muertas, también denominadas escamas, y las aglutina formando lo que se conoce como la famosa costra láctea. Además, al ser rico en lípidos, el sebo favorece la proliferación de levaduras lipofílicas del género Malassezia, presentes de forma natural en la superficie de la piel. Por consiguiente, la combinación de una fuerte presencia de levaduras Malassezia con la hiperseborrea sería la responsable de la patología.
Cuando todo el cuerpo se ve afectado, lo cual es excepcional, se denomina eritrodermia descamativa de Leiner-Moussous.
Esta enfermedad suele caracterizarse por lesiones en la zona del pañal y los pliegues de las nalgas, que se extienden a los genitales, el abdomen y, a veces, a todo el cuerpo del bebé. Aunque la propagación de los síntomas puede resultar preocupante, se trata de una enfermedad benigna sin gravedad.
Se recomienda consultar a un médico de cabecera para que pueda recetar los cuidados necesarios para tratar esta patología. Por lo general, suele recetar antiséptico para prevenir la infección de las lesiones, un cuerpo graso para ablandar las costras, un cuidado queratolítico para favorecer su eliminación y, a veces, un antifúngico de uso externo para limitar la proliferación de las levaduras.
C Moises-Alfaro et al, In J Dermatol 2002, 41, 349-351