La sudoración excesiva, o hiperhidrosis, no es un fenómeno grave, pero puede ser algo especialmente molesto en la vida cotidiana, sobre todo en el lugar de trabajo.
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Cuando los pies y las manos sudan con mucha frecuencia, pueden aparecer problemas dermatológicos.
Esto puede favorecer el desarrollo de:
La sudoración excesiva y frecuente puede conducir a la deshidratación, sobre todo en épocas de calor o canícula. Por eso es importante beber bastante y con regularidad cuando se padece hiperhidrosis, en especial después de realizar un esfuerzo físico intenso.
La hiperhidrosis puede repercutir considerablemente en el día a día de quienes la padecen.
La sudoración excesiva puede conducir al retraimiento y al aislamiento, creando un estrés y una ansiedad adicionales ante la idea de relacionarse con los demás. Puede favorecer el aislamiento, así como la depresión.
Pocas personas se atreven a hablar de ello con su médico por miedo a ser juzgadas o por vergüenza. Algunos pacientes también pueden pensar que su hipersudoración es un fenómeno normal sin posibilidad de tratamiento. Sin embargo, hay muchas soluciones que han demostrado su eficacia. En primer lugar destacan los antitranspirantes a base de sales de aluminio, que permiten reducir la liberación de sudor por las glándulas sudoríparas y, en segundo lugar, la iontoforesis o las inyecciones de toxina botulínica, para los casos más graves. La cirugía puede incluso considerarse en casos de hiperhidrosis grave y fracaso de otros tratamientos.
La hiperhidrosis es especialmente embarazosa en la vida cotidiana desde el punto de vista social. También hay ciertos profesionales para los que puede resultar de lo más molesta, como los músicos, los vendedores o los peluqueros, por ejemplo. Por eso es importante hablar con su médico al respecto, con el fin de implementar soluciones que permitan evitar la hipersudoración.
