Las manchas negras en el cuello pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, normalmente a partir de los 45 años. La hiperpigmentación en el cuello suele ir asociada a otros signos de la edad, como las arrugas y la pérdida de firmeza, por lo que las manchas negras en el cuello constituyen un problema estético global.
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Las manchas oscuras en la piel del cuello se deben a una combinación del envejecimiento cutáneo y la exposición al sol. Y es que el cuello es una zona que se ve habitualmente expuesta al sol y donde no suele aplicarse una protección solar. El resultado es un fenómeno de fotoenvejecimiento que combina arrugas, pérdida de firmeza y diferentes tipos de manchas en el cuello, también conocidas como lentigos o manchas de la edad. La hiperpigmentación en el cuerpo suele ser difícil de ocultar, sobre todo cuando se trata del cuello. Y es que uno no puede llevar siempre un pañuelo para ocultar la piel pigmentada de su cuello. A veces puede resultar difícil enfrentarse a la mirada de los demás cuando se tienen manchas negras en el cuello.
La piel del cuello debe tratarse con la misma atención y cuidado que la del rostro. Tanto los hombres como las mujeres tienden a descuidar la piel del cuello en sus cuidados diarios, a pesar de que es fina y sensible.
Por ello, no hay que olvidar hidratar el cuello sistemáticamente después de hidratar el cutis. De la misma manera, conviene usar una protección solar en la cara y el cuello para limitar los efectos del fotoenvejecimiento.
El tratamiento de las manchas negras en el cuello se basa, por un lado, en la aplicación de cuidados dermocosméticos específicamente formulados para corregir las manchas, unificar el tono y proteger la piel contra las agresiones, especialmente del sol; y, por otro, en la consulta a un dermatólogo para que recete y/o realice determinados tratamientos despigmentantes.
