En primer lugar es fundamental conocer qué es eczema atópico y cómo afecta a la piel. El eczema atópico es una enfermedad crónica que puede estar presente a lo largo de toda la vida. Es totalmente posible tratar la inflamación mediante dermocorticoides. En cambio, cuando se habla de un eczema atópico, se trata de una anomalía de la estructura de la piel. Un bebé que ha tenido eczema desde su más tierna infancia podrá no tener más brotes de eczema, pero conservará una piel muy seca. Si no se hace nada, podrá tener picor y, posiblemente, tener una recidiva.
El eczema atópico no tiene cura, pero se pueden aprender las medidas y actitudes correctas para atenuarlo y vivir mejor con él. Estas buenas prácticas se aprenden y se convierten en una rutina perfectamente integrada. Aprendiendo a conocer los signos anunciadores, los factores desencadenantes o el uso correcto de los tratamientos, las crisis de eczema pueden convertirse en historia pasada. Como ayuda, existen por recursos informativos para conocer qué es el eczema atópico y cómo tratarlo. Puede encontrar más información en la página web de la Fundación Dermatitis Atópica del grupo Pierre Fabre.