La costra láctea

La dermatitis seborreica o seborrea del lactante se conoce como costra láctea. Aunque no tiene nada que ver con la leche, se denomina así por su similitud con el aspecto que adquiere la leche seca tras calentarse en una placa de cocción. La dermatitis seborreica del lactante, frecuente durante los primeros nueve meses de vida, suele aparecer en los recién nacidos a partir de la segunda semana de vida.

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Contenido

¿Qué es la costra láctea?

Completamente inofensiva y sin riesgo para los recién nacidos, la costra láctea a menudo supone un motivo de preocupación y de embarazo para los padres.
Y es que a estos les gustaría saberlo todo sobre la costra lácte a, que aparece sin razón aparente en el cuero cabelludo de su recién nacido.

Aunque todavía no se conocen con precisión las causas de la costra láctea, a día de hoy existen varias pistas sobre los factores que influyen en su aparición. Parece estar vinculada con una excesiva producción de sebo por parte de la piel, que provoca la proliferación de una levadura presente de forma natural en su superficie (las levaduras del género Malassezia). Esta levadura produce inflamación y acelera la eliminación de las células muertas responsables de las escamas visibles en la superficie del cuero cabelludo.

Se habla de dos tipos de costra láctea:

  • La llamada forma seca, que aparece en las primeras semanas de vida después de nacer y parece predisponer al bebé a tener la piel grasa durante la edad adulta.
  • Y la llamada forma húmeda, que se acompaña de una exudación y parece formar parte del eczema alérgico del lactante.
  • Hoy por hoy no se dispone de suficientes datos científicos para corroborar estos hallazgos, pero son evidencias que han constatado algunos pediatras. No hay que olvidar, sin embargo, que la costra láctea es una afección autolimitada e inofensiva, y que no es de carácter grave.


La costra láctea es benigna y afortunadamente no causa molestias al bebé, pero resulta antiestética y puede ser embarazosa para los padres. Si se opta por tratarla, es importante comprender qué es la costra láctea y poder así aplicar los cuidados adecuados para evitar que persista, se propague o se infecte.

¿Cómo reconocer la costra láctea?

Es fácil reconocer la costra láctea. En las formas típicas, las lesiones se manifiestan en forma de placas eritematosas (= placas rojas) cubiertas de gruesas escamas (= piel muerta) grasas y amarillentas en la parte superior de la cabeza y junto a la fontanela (= espacio entre los huesos del cráneo de los recién nacidos, que se va osificando progresivamente al crecer). La fontanela es el punto de encuentro de los huesos del cráneo, situada en la parte superior del mismo. La fontanela es una zona blanda que todavía está abierta durante las primeras semanas de vida, por lo que no siempre nos atrevemos a tocarla o tratarla; sin embargo, esta zona no es tan frágil y puede tolerar un lavado suave.

En ocasiones la costra láctea se extiende más allá del cuero cabelludo, a nivel de las cejas, en ciertos pliegues de la piel o incluso hasta la zona del pañal.
La costra láctea no causa ninguna alteración del estado general y tampoco provoca ninguna molestia o picor. En la mayoría de los casos, las lesiones desaparecen a las pocas semanas o antes, pero a veces pueden persistir hasta que el niño tiene dos o tres años.

¿Qué hacer contra la costra láctea?

A diferencia de lo que se suele pensar, la costra láctea no tiene nada que ver con una higiene insuficiente o inadecuada.
Se produce por un exceso de sebo que retiene en la superficie las escamas o células muertas generadas en exceso.

Benigna e inofensiva, ¿qué debe hacerse contra la costra láctea?
En la mayoría de los casos, la dermatitis seborreica en los lactantes es transitoria y puede desaparecer aplicando una serie de medidas de higiene simples. Se recomienda utilizar un champú suave sin jabón formulado especialmente para los bebés.
Cuando las costras se presentan en grandes cantidades o son muy gruesas, se puede recurrir a ciertos cuidados específicos para eliminarlas.
Se puede recomendar usar cuidados o lociones, para aplicar antes del aseo, o champús con una acción queratolítica (que permite desprender las células muertas) para ayudar a eliminar las escamas, solos o combinados.
Después de cada baño y una vez que el cabello esté bien enjuagado, hay que cepillarlo suavemente con un cepillo adaptado a los lactantes, para no irritar el cuero cabelludo. La acción mecánica del cepillado ayudará a eliminar la costra láctea, más fácil de desprender tras la acción de los cuidados.

Si los tratamientos no funcionan al cabo de unas semanas, la costra láctea se extiende o se produce una fuerte inflamación en el cuero cabelludo (enrojecimiento), es necesario consultar al médico de cabecera.

¿Qué remedios existen contra la costra láctea?

¡La costra láctea no es una enfermedad nueva! ¡Nuestras abuelas tenían ya sus trucos y remedios contra la costra láctea! Uno de ellos es aplicar cuerpos grasos (vaselina...) en el cuero cabelludo del bebé dos horas antes del baño para ablandar las costras y facilitar su eliminación. Cuando el lactante aún no tiene pelo, es aconsejable utilizar linimento o aceite de oliva en lugar de vaselina.
Muchas madres han probado también otros remedios más naturales cuya eficacia aún no se ha demostrado científicamente, como la leche materna o las soluciones homeopáticas, entre otras.

Además de los tratamientos naturales (o no), es muy importante adoptar unos gestos de higiene utilizando productos adaptados para aliviar el cuero cabelludo, limitar el riesgo de generar una nueva irritación y evitar la formación de nuevas costras.

La costra láctea es una patología cutánea común pero sobre todo transitoria; no deja marcas en la piel y no augura forzosamente una dermatitis seborreica durante la edad adulta.
El término costra láctea se utiliza específicamente para los lactantes. Cuando los adultos se ven afectados por una enfermedad cutánea semejante, puede tratarse de caspa simple o de una dermatitis seborreica del adulto, una patología crónica que evoluciona a través de brotes y que se distingue de la forma infantil por muchos criterios.

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