El eczema puede aparecer a cualquier edad, incluso sin predisposición. En general, el eczema en el adulto está relacionado con la actividad laboral. Tener las manos en contacto frecuente con irritantes, productos de mantenimiento o agua puede favorecer la aparición de un eczema crónico de las manos. A diario, utiliza sus manos y la barrera cutánea se altera; su piel es más frágil y reactiva. Se forman grietas, deshidratación, aparece dolor y picor. Este tipo de eczema constituye un motivo importante de consultas al dermatólogo.
Para prevenirlo hay que (en la medida de lo posible) limitar el contacto con el agua y los productos químicos. Aplicando frecuentemente emolientes y llevando guantes para limitar el contacto con el agua y los detergentes, se puede atenuar el eczema crónico de las manos. Si persisten los dolores, es necesario consultar con el médico para conocer las soluciones que existen para combatirlo y las medidas correctas que aplicar.