¿Qué enfermedad de la piel puede provocar picor?
Muchas enfermedades de la piel pueden ser causa de picor. Las principales enfermedades cutáneas que causan prurito son las dermatosis inflamatorias comunes:
Eczema
El eczema se caracteriza por la presencia de placas rojas, piel seca y picor. Existen varios tipos de eczema, siendo los más comunes el eczema atópico, el eczema de contacto y el eczema crónico de las manos.
Psoriasis
La psoriasis se caracteriza por la presencia de placas rojas más o menos extensas, generalmente pruriginosas y cubiertas por una gruesa capa de escamas blancas.
Dermatitis seborreica
La dermatitis seborreica puede afectar a la piel y/o al cuero cabelludo. Se distingue por la presencia de placas rojas mal delimitadas y cubiertas de pequeñas escamas, más o menos grasas y no adherentes. En esta afección, el prurito también suele estar muy presente y suponer un problema en el día a día.
Urticaria
La urticaria se manifiesta mediante placas móviles, rojas, hinchadas y pruriginosas. Es aguda cuando dura menos de 6 semanas y crónica cuando supera ese periodo. Las causas de la urticaria son múltiples, tanto alérgicas como no alérgicas.
Además, existen otras enfermedades cutáneas menos comunes que también cursan con prurito:
- La ictiosis: es una enfermedad genética rara que provoca mucha sequedad, aspereza y descamación de la piel.
- El penfigoide ampolloso: se trata de una enfermedad ampollosa autoinmune que afecta a las personas mayores.
Muchas dermatosis infecciosas causan prurito:
- La sarna: se trata de una parasitosis muy contagiosa provocada por un ácaro, el de la sarna, que excava surcos microscópicos en la piel. El prurito suele ser intenso y empeora por la noche.
- Los piojos: los piojos de la cabeza son los más conocidos, pero también pueden aparecer en el cuerpo y el pubis.
- La varicela: se trata probablemente de la enfermedad infantil más conocida. Es de origen viral y muy contagiosa.
Las alergias cutáneas son otra categoría relativamente importante de prurito de origen dermatológico. Se puede ser alérgico a metales como el níquel (presente sobre todo en la bisutería), a perfumes, tintes, conservantes, etc.
Además, el prurito de origen dermatológico puede ser consecuencia de afecciones cutáneas más puntuales, como las picaduras de insectos y plantas, o las quemaduras solares.
En el caso de las dermatosis pruriginosas, lo más duro es no rascarse las lesiones para evitar la sobreinfección de la piel y/o las cicatrices.