Si tiene la piel seca, es posible que haya sentido una sensación de tirantez, de picor y ganas de rascarse. Es normal: se trata de una señal de alerta que le envía su epidermis para indicarle que necesita hidratación.
La piel seca y la película hidrolipídica
La piel seca se debe a una falta de lípidos en la epidermis, principalmente debido al deterioro de la película hidrolipídica que hace que esta capa que protege la superficie de la piel deje de desempeñar su función de barrera. Compuesta de sebo y agua, esta película es muy frágil y sufre reiteradas agresiones de numerosos factores: limpiadores demasiado agresivos, agua calcárea o demasiado caliente, el sol, el frío, el viento, la contaminación...
Sin embargo, cuando se encuentra dañada, ya no puede proteger la piel: el agua que contiene la epidermis se evapora y esta acaba deshidratada. Esto da lugar a un círculo vicioso: al estar seca y deshidratada, la piel es más sensible a las agresiones externas que la irritan. Esto provoca tirantez y picores, unos síntomas que no hay que pasar por alto, pues se trata de un mecanismo de defensa: algo perturba las terminaciones nerviosas de la piel, que nos envía una señal de alerta.
¿Cómo podemos evitar los picores en la piel?
Para evitar las molestias, más vale prevenir que curar. Por tanto, hay que hidratar y nutrir bien la piel aplicando unos cuidados ricos en agentes hidratantes y nutritivos al salir de la ducha. Esta hidratación diaria también requiere una selección de cosméticos adaptados. Pueden utilizarse cremas, bálsamos o aceites de cualquier textura. Lo importante es que su fórmula sea altamente hidratante y, de ser posible, esté diseñada específicamente para las pieles secas. Pero como el cuidado no lo hace todo, también hay que evitar exponer la piel a demasiadas agresiones como el cloro, el frío o el sol (sobre todo si no se lleva protección).
¿Cómo aliviar los picores cuando se producen?
Por desgracia, una vez que se instalan los picores no existe un remedio milagroso para aliviar la piel al instante. La única solución es restaurar la hidratación de la piel cuidándola lo más rápido posible con unos productos adaptados. Lo primero que hay que hacer es aliviar los picores que siente la piel. Para ello, se puede recurrir a unos cuidados calmantes y anti-irritación, perfectamente adaptados a las pieles secas y sensibles.
Pero cuidado, los picores no siempre se deben a un problema de sequedad cutanea. Los motivos pueden ser muy diversos: alergia, irritación, atopia u otra dermatosis crónica... Así que, en caso de duda, no dude en consultar a un profesional de la salud.