El sebo es una sustancia secretada por la glándula sebácea en la superficie de la piel y es esencial para su correcto funcionamiento.
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La epidermis está protegida por una capa conocida como el film hidrolipídico que cubre toda la superficie de la piel y se compone de sebo, agua y sudor.
El sebo desempeña varias funciones cruciales para nuestra piel(1):
El sebo se produce en la glándula sebácea, una glándula que siempre va unida a un folículo piloso, más comúnmente conocido como pelo. Este folículo emerge en la superficie de la piel para descargar el sebo producido.
La glándula sebácea es la responsable de regular la secreción de sebo.
Las glándulas sebáceas están presentes en todo el cuerpo, excepto en las palmas de las manos y las plantas de los pies, y son más abundantes en ciertas áreas del cuerpo (la cara —en especial la zona T—, el cuero cabelludo, el pecho y la espalda), conocidas como “las zonas grasas”.
El sebo es una sustancia lipídica de color amarillento, con una textura similar a la del aceite.
Representa un verdadero ecosistema y permite la multiplicación de una flora comensal residente (microorganismos presentes de forma natural en la superficie de la piel y las mucosas).
Estos microorganismos son saprofitos, es decir, viven en la piel sin ser patógenos o nocivos para el organismo. Entre ellos se encuentran bacterias, como los estafilococos, y levaduras, como las del género Malassezia.
El exceso de sebo es una de las causas de la dermatitis seborreica. Presente en mayores cantidades en las zonas denominadas “grasas”, constituye un entorno favorable para el desarrollo de levaduras de tipo Malassezia, que están presentes de forma natural en la superficie de la piel.
Cuando está presente en una elevada proporción, esta levadura puede, además de o influenciada por otros factores, desencadenar una reacción inflamatoria específica. Esto ocasiona un enrojecimiento y una renovación acelerada de las células del cuero cabelludo y de la piel, generando escamas blancas o amarillentas en la superficie de la piel: se trata de un brote de dermatitis seborreica.
Por lo tanto, existe un verdadero vínculo entre el desarrollo de la dermatitis seborreica y el sebo.
(1) Dermato-info.fr, sociedad francesa de dermatología