El acné de la mujer adulta ha sido claramente individualizado. Diferente del acné del adolescente (3), constituye actualmente una forma clínica independiente.
Las consecuencias del acné de la mujer adulta no son solo visibles. Esta forma de acné y sus cicatrices tienen un impacto psicológico importante y sobre la calidad de vida de las pacientes. Estas mujeres pueden estar efectivamente preocupadas ante una patología que creían reservada a la adolescencia y la viven mal en la vida diaria.
Un estudio epidemiológico pone de manifiesto que el 75% de las mujeres adultas afectadas están avergonzadas o frustradas por su acné, y que existe una relación importante entre el acné y determinados síntomas de depresión y de ansiedad (5).
Aunque el acné de la mujer adulta es a veces delicado de tratar, existen soluciones. Los tratamientos deben ser adecuados a esta población más sensible que la de los adolescentes.
Según las recomendaciones de las autoridades sanitarias europeas, el cuidado del acné de la mujer adulta es específico y debe ser adaptado a la presencia de marcas residuales.
La estrategia terapéutica se basa, a menudo, en la asociación de varios tratamientos:
(3) Holzmann R, Shakery K. Postadolescent acne in females. Skin Pharmacol Physiol. 2014;27 Supl 1:3-8.
(4) Dréno B, et al. Large-scale international study enhances understanding of an emerging acne population: adult females. J Eur Acad Dermatol Venereol. 8 de octubre de 2014. En prensa
(5) Tanghetti EA, Kawata AK, Daniels SR, Yeomans K, Burk CT, Callender VD.