El cansancio y la caída del cabello están vinculados. Al igual que el estrés, la fatiga intensa puede desencadenar una caída del cabello reaccional. Solo es transitoria y puede prevenirse y frenarse fácilmente.
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Estrechamente relacionado con el estrés o el exceso de trabajo, el cansancio físico y psicológico puede tener un impacto en la caída del cabello. Examinemos la cuestión:
A diferencia de la alopecia androgenética, la caída ocasional tiene la ventaja de ser reversible, siempre y cuando adoptemos rápidamente los cuidados capilares apropiados y los gestos adecuados. En primer lugar, debemos controlar la dieta: tomar muchas vitaminas es esencial para combatir el cansancio, por un lado, y para contrarrestar su consecuencia directa que es la caída del cabello, por otro.
Tenemos que dejar de usar champús y otros tratamientos demasiado agresivos para el cuero cabelludo y optar de preferencia por unos productos suaves destinados al cabello “cansado”. Debemos integrar el champú y la loción anticaída como un componente esencial de nuestra rutina. Sin embargo, atención a la hora de adquirirlos: su elección debe hacerse en función del tipo de caída (ocasional o crónica) que sufrimos.
Por último, dado que caída del cabello y estrés están ampliamente relacionados, siempre podemos pedir ayuda a nuestro médico para identificar las causas de nuestro agotamiento. Una cura de suplementos alimenticios a base de vitaminas y minerales puede resultar útil debido al papel esencial que desempeñan en la fisiología del cabello. Las sesiones de sofrología o de hipnosis con un psicólogo también pueden ser de utilidad para aprender a controlar el estrés o comprender nuestro estado de fatiga. Y, por supuesto, no hay que olvidar la importancia de practicar una actividad física regular y moderada.