La dermatitis seborreica en la cara es la segunda manifestación más común de esta enfermedad, siendo la forma más evocadora de la afección; en el 65% de los casos de dermatitis seborreica aparecen lesiones en la cara (1).
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En muchas ocasiones, la dermatitis seborreica de la cara no se diagnostica porque las personas que la padecen interpretan sus síntomas como los de una piel sensible a los factores externos. Estos últimos son, en efecto, desencadenantes, pero la dermatitis seborreica de la cara es por encima de todo una patología en sí misma.
En la cara, la enfermedad se manifiesta mediante escamas grasas y a veces costrosas. En general, el picor es menos intenso que en el cuero cabelludo.
Por supuesto, de un paciente a otro, e incluso de un brote a otro, la extensión y la topografía de las lesiones, es decir, su ubicación, pueden variar.
Las lesiones de la cara pueden afectar a diferentes zonas:
La mayoría de las veces, las lesiones en la cara son simétricas. En las formas severas de dermatitis seborreica de la cara, la aparición de estas lesiones puede adoptar un aspecto eritematoescamoso, esto es, una placa inflamatoria roja y escamas grasas que en ocasiones presentan costras.
La presencia de estas escamas puede sugerir a veces una simple sequedad de la piel, lo que puede dar lugar a la adopción de un tratamiento inadecuado.
Hay cremas para tratar la dermatitis seborreica de la cara que ejercen una actividad antimicótica con el fin de luchar contra la proliferación de levaduras del género Malassezia.
Se recomienda seguir la posología indicada por su médico o farmacéutico.
(2) Misery L. Dermatite séborrhéique. EMC - AKOS Tratado de Medicina. (2011), págs. 1-5.