Por definición, una dermatosis profesional es una enfermedad de la piel que se origina en el lugar de trabajo. Causan molestias y pueden afectar a la calidad de vida, tanto en el trabajo como en la vida personal.
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La mayoría de las veces, la dermatosis profesional se manifiesta como un eczema, lo que supone la aparición de placas rojas y ásperas que producen prurito.
Este eczema profesional afecta esencialmente a las manos, que constituyen la piedra angular de la mayoría de los trabajos y actividades.
El eczema se produce como resultado del contacto directo entre la piel y la sustancia irritante y/o alergénica. En algunos casos, el eczema se transmite por el aire, es decir, que la sustancia en cuestión es transportada por el aire. Esto es algo que se produce particularmente en el sector alimentario, pudiendo verse afectado el rostro.
Una dermatosis profesional puede deberse a dos fenómenos muy distintos: la irritación, por un lado, y la alergia, por otro. De hecho, la mayoría de las sustancias químicas implicadas en la dermatitis profesional son al mismo tiempo irritantes y alergénicas. Las alergias profesionales son muy variadas; evidentemente, dependen del trabajo y de los productos químicos empleados: un peluquero puede volverse alérgico a los tintes, un profesional sanitario a los antisépticos y un albañil al cemento. La alergia a los detergentes es más común entre el personal de limpieza. El eczema de contacto implica al sistema inmunitario, lo que no ocurre con la dermatitis irritativa. Como su nombre indica, la dermatitis irritativa conlleva fenómenos de irritación y puede darse tanto en personas alérgicas como no alérgicas.
Factores como la atopia, las condiciones climáticas desfavorables (viento, frío...), el estrés o la humedad actúan como fuentes adicionales de irritación y dan lugar a la aparición de un verdadero eczema crónico de las manos.
Cualquier persona puede verse afectada por el eczema profesional: tanto jóvenes como mayores, con o sin experiencia profesional, y con o sin antecedentes dermatológicos. La aparición de una dermatosis profesional en el sector de la construcción no significa que uno sea menos profesional que sus compañeros de la obra, no es un signo de debilidad, es solo que la piel no tolera una determinada sustancia.
Una de las características de la dermatosis profesional es que se atenúa o incluso desaparece durante las vacaciones. Al interrumpirse el contacto con los agentes irritantes y/o alergénicos, la piel mejora... hasta que se retoma el trabajo. Por ejemplo, el eczema en el personal sanitario suele verse favorecido por el lavado reiterado de las manos. Las soluciones hidroalcohólicas producen menos dermatosis que el lavado de manos « clásico », pero el uso recurrente de estas soluciones puede agravar una dermatosis preexistente. Durante las vacaciones, las manos se lavan con menos frecuencia y recuperan un aspecto normal.
Sin embargo, con el tiempo, el eczema crónico de las manos puede persistir incluso durante las vacaciones. Hasta que no se logre identificar los factores irritantes y/o alergizantes y puedan evitarse por completo, la dermatosis profesional seguirá presentándose y causando molestias.
El eczema crónico de las manos, ya sea de origen laboral o no, se trata siempre de la misma manera. Al principio, hay que aplicar una crema con cortisona una vez al día hasta que desaparezcan las lesiones. Más tarde, los emolientes permiten hidratar la piel, aunque no deben aplicarse en las placas de eczema. En cambio, se ha demostrado que los productos sanitarios en forma de crema reparadora calmante son útiles para acelerar el tratamiento de las placas (aplicando la crema reparadora por encima del dermocorticoide, a modo de apósito) y limitan su reaparición (aplicando la crema reparadora en las zonas habitualmente afectadas por el eczema). Por último, la aplicación de una crema barrera aislante por la mañana y/o durante el día ayuda a proteger la piel contra las agresiones o irritaciones cuando no se pueden evitar por completo.
Sin embargo, la mejor manera de curar una dermatosis profesional es evitar los factores irritantes y/o alergénicos identificados con ayuda de su dermatólogo, alergólogo, doctor de cabecera o médico laboral. Cuando esto no es posible, la dermatosis profesional puede reconocerse como una enfermedad laboral y dar lugar a una reconversión profesional, lo que no siempre resulta fácil de llevar. Por ejemplo, el eczema en los peluqueros despierta especial preocupación porque esta profesión suele ejercerse por auténtica pasión.
Para evitar padecer una dermatosis profesional y un eczema crónico de las manos, hay que aplicar una serie de normas sencillas, independientemente de su profesión:
El empleador también puede contribuir a prevenir las dermatosis profesionales, por ejemplo, eligiendo bien los productos que pone a disposición de sus empleados.
Si, a pesar de todo, aparecen lesiones, es importante consultar rápidamente a un dermatólogo para recibir un tratamiento eficaz y una atención apropiada. El médico laboral es también una persona de referencia, esencial en el curso del tratamiento.