A los pacientes con psoriasis, algunos días se les hacen más cuesta arriba que otros. A veces están ya hartos de tanto tratamiento y hartos de tanto cuidado. Y les surgen varias preguntas: ¿voy a tener psoriasis el resto de mi vida? ¿Voy a poder estar tranquilo algún día? ¿Cuándo debo intervenir en la piel? ¿Cuándo tengo que aplicar un tratamiento para la psoriasis en la piel? El cuidado en realidad agrupa dos situaciones:
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En caso de brote, iniciamos el tratamiento para la psoriasis en la piel recetado por el dermatólogo, lo más frecuente aplicando cremas medicamentosas. Algunos pacientes reciben un tratamiento de fondo a base de comprimidos o inyecciones, pero eso no impide tratar localmente un brote cuando se produce. Los distintos tratamientos de la psoriasis no permiten curar la enfermedad de manera completa y definitiva. Se trata de tratamientos puramente sintomáticos, que permiten combatir los brotes de psoriasis sin solucionar las anomalías cutáneas e inmunitarias vinculadas con la psoriasis.
Además, la psoriasis es una enfermedad crónica, y concretamente cursa alternando períodos de brote y períodos de remisión. Es imposible predecir de antemano si pronto va a producirse un brote, si la enfermedad va a dejarnos tranquilos unos días o incluso varias semanas, si por el contrario va a molestarnos por un tiempo indefinido... Cuidarse también significa permanecer atento a la evolución de la enfermedad, examinando si se produce un cambio en el aspecto o la ubicación de las lesiones, la aparición de dolor en las articulaciones, y consultar si es necesario.
Hay que cuidarse todo el tiempo, no solo para aliviar el brote en curso, sino también para prevenir el riesgo de desarrollar un nuevo brote. Recientes publicaciones científicas han revelado que existe una inflamación infraclínica global en la piel de los pacientes con psoriasis. En otras palabras, la piel sana no está completamente sana y necesita una hidratación regular para espaciar los brotes utilizando cremas/bálsamos/leches para el tratamiento para la psoriasis en la piel.
La acción de las cremas con agentes queratorreductores es interesante durante los brotes, ya que reduce el tamaño de las placas. Su uso fuera de los brotes podría asimilarse a un factor desencadenante de brote, ya que podría imitar el equivalente de un microtraumatismo.
Cuidarse también significa limitar los desencadenantes que hemos podido detectar durante los brotes anteriores: frío, estrés, alcohol...