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El prurito es la sensación desagradable que lleva a la necesidad de rascarse. Muchas personas se ven afectadas por el prurito a diario, desde niños hasta adultos y ancianos, ya sean hombres o mujeres. El prurito y el picor caracterizan a muchas enfermedades de la piel: es lo que se conoce como prurito dermatológico o de origen dermatológico. A continuación vamos a hacer un pequeño repaso de las principales enfermedades cutáneas que pueden causar comezón, y las soluciones que existen para aliviarlo.
Contenido
El prurito dermatológico es aquel originado por una o varias lesiones cutáneas, o lo que es lo mismo, derivado de una enfermedad o afección de la piel.
Por tanto, es relativamente fácil de reconocer, ya que conlleva la presencia de anomalías en la piel, como granos, placas, cicatrices... La mayoría de las veces, el prurito dermatológico se localiza inicialmente en estas anomalías, pero también puede volverse crónico (persistiendo más de 6 semanas) y más difuso. El hecho de rascarse puede acarrear la aparición de lesiones adicionales conocidas como lesiones de rascado.
Muchas enfermedades de la piel pueden ser causa de prurito dermatológico. Las principales enfermedades cutáneas que causan prurito son las dermatosis inflamatorias comunes:
El eczema se caracteriza por la presencia de placas rojas, piel seca y picor. Existen varios tipos de eczema, siendo los más comunes el eczema atópico, el eczema de contacto y el eczema crónico de las manos.
La psoriasis se caracteriza por la presencia de placas rojas más o menos extensas, generalmente pruriginosas y cubiertas por una gruesa capa de escamas blancas.
La dermatitis seborreica puede afectar a la piel y/o al cuero cabelludo. Se distingue por la presencia de placas rojas mal delimitadas y cubiertas de pequeñas escamas, más o menos grasas y no adherentes. En esta afección, el prurito también suele estar muy presente y suponer un problema en el día a día.
La urticaria se manifiesta mediante placas móviles, rojas, hinchadas y pruriginosas. Es aguda cuando dura menos de 6 semanas y crónica cuando supera ese periodo. Las causas de la urticaria son múltiples, tanto alérgicas como no alérgicas.
Además, existen otras causas del prurito por lesiones cutáneas o enfermedades:
Muchas dermatosis infecciosas causan prurito:
Las lesiones cutáneas son otra categoría relativamente importante del prurito dermatológico. Se puede ser alérgico a metales como el níquel (presente sobre todo en la bisutería), a perfumes, tintes, conservantes, etc.
Además, el prurito de origen dermatológico puede ser consecuencia de afecciones cutáneas más puntuales, como las picaduras de insectos y plantas, o las quemaduras solares.
En el caso de las dermatosis pruriginosas, lo más duro es no rascarse las lesiones para evitar la sobreinfección de la piel y/o las cicatrices.
No hay una única forma de tratar el prurito dermatológico. En realidad, todo depende de la enfermedad cutánea en cuestión. Por ejemplo:
A menudo, para aliviar el prurito dermatológico, es necesario consultar a un médico y atenerse a la prescripción médica. Al mismo tiempo, con unas sencillas reglas de higiene y de cuidado se puede mimar la piel a diario y no dañarla. Por ejemplo, es preferible darse una ducha rápida con agua tibia.
También lavarse con un jabón supergraso, un syndet o un aceite limpiador, sin perfume y sin sustancias irritantes. Es imprescindible aclarar bien la piel y secarla con delicadeza efectuando toquecitos con una toalla suave. Además, conviene llevar las uñas cortas y ropa cómoda de algodón para evitar lesiones cutáneas.
Si surgen las ganas de rascarse, se puede aplicar frío en la zona que pica: agua termal, el dorso de una cuchara, un abanico, una bolsa de guisantes congelados...