Los tratamientos contra el acné son variados y, por tanto, pueden adaptarse a todas las formas de acné, desde las más leves hasta las más graves. En la mayoría de los casos, una persona que sufre de acné probará varios tratamientos a lo largo de su terapia. Algunos funcionarán bien, otros mucho menos o nada. Pero antes de determinar que el tratamiento ha fallado, es importante tener en cuenta que todos los tratamientos contra el acné deben seguirse a diario durante varias semanas o meses antes de poder esperar algún resultado. Ser rigurosos y constantes en el tratamiento contra el acné es la mejor forma de hacer que la terapia resulte lo más eficaz posible.
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Los tratamientos contra el acné se recetan en función de la edad, pero también en función de la extensión y la gravedad de las lesiones.
Se recomienda encarecidamente consultar a un médico en caso de acné. El médico de cabecera suele ser el primer profesional al que se acude en caso de acné. Hace el diagnóstico y receta los primeros tratamientos para el acné. El dermatólogo es el médico especializado en la piel. Interviene en diferentes etapas de la terapia y puede practicar determinadas intervenciones como la limpieza de la piel, el peeling o incluso el láser.
Durante la consulta, es muy recomendable hacer cualquier pregunta que se pueda tener, así como informar al médico sobre la historia de la enfermedad, los eventuales antecedentes familiares y los tratamientos contra el acné que ya se hayan probado.
Muchas cremas contra el acné pueden adquirirse sin receta en farmacias y parafarmacias. Ayudan a luchar eficazmente contra la piel grasa, los granos y las marcas residuales. Estas cremas pueden utilizarse solas o en asociación con medicamentos. En general, las cremas contra el acné se aplican en toda la zona a tratar (cara y/o cuerpo), excepto en el caso de los cuidados específicos tipo “stop espinillas”, que se aplican grano a grano para tratarlos y/o camuflarlos.
¿Cómo tratar el acné cuando las cremas ya no son suficientes? En la mayoría de los casos, el médico es quien receta los medicamentos contra el acné. Se trata de fármacos de uso tópico, en forma de crema o gel, o de medicinas que se toman por vía oral. Es cierto que puede parecer un poco extraño tratar una enfermedad de la piel “desde el interior”, ¡pero funciona!
Se ha demostrado que algunos antibióticos, la isotretinoína y el zinc son eficaces para tratar el acné por vía oral. Los tratamientos locales a base de crema suelen mantenerse, excepto en el caso de la isotretinoína: este tratamiento contra el acné tiene el inconveniente de irritar y resecar la piel. Durante el tratamiento, el paciente debe recurrir a unos cuidados compensadores específicos, a la vez hidratantes y calmantes.
El láser es una tecnología que se propone cada vez más en los consultorios de los dermatólogos para muchas enfermedades de la piel, incluido el acné. El tratamiento láser contra el acné puede adoptar varias formas: luchar contra un brote particularmente inflamatorio de granos, el exceso de sebo o las cicatrices debido al acné.
Independientemente del tratamiento contemplado, el control del acné se basa en medidas básicas y de sentido común. La higiene es una etapa esencial para optimizar la eficacia y la tolerancia de todos los tratamientos contra el acné. El sol es un enemigo de la piel acneica y debe evitarse. Los cosméticos y el maquillaje deben ser no comedogénicos. También es importante llevar una dieta equilibrada, beber mucha agua, dormir bastante, hacer ejercicio físico con regularidad y luchar contra el estrés.