La transpiración puede provocar alteraciones en la barrera protectora de la piel y que, de esta manera, aparezcan problemas como el eczema por sudoración. Las diferentes situaciones del día a día tienen un impacto en el desarrollo de este tipo de eczemas en las personas afectadas.
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La sudoración es una fuente importante de irritación que puede agravar o provocar un episodio de eczema. A su vez, el sudor que cae sobre las lesiones de eczema puede causar picor y una sensación de quemadura. Varias situaciones pueden ser objeto de sudoración:
Cuando sufrimos estrés, solemos sudar abundantemente tanto en las manos como en el resto del cuerpo.
Algunos tejidos pueden provocar sudoración: las prendas muy calurosas, demasiado ajustadas o de fibras sintéticas pueden generar eczemas por sudoración.
En verano hay días de mucho calor y sudamos con mayor facilidad.
El deporte es una de las principales causas de sudoración, sobre todo en caso de práctica intensa (entrenamientos, competiciones…).
Para evitar la sudoración, es importante adoptar medidas sencillas, tanto en invierno como en verano:
Aplicar las técnicas de relajación adecuadas para cada persona.
Evitar las prendas demasiado cálidas y usar varias capas de ropa para poder quitárselas en caso necesario. Son preferibles prendas amplias y/o de fibras naturales.
En verano, ten siempre a mano una toalla para limpiar el sudor y una botella de agua para refrescarte.
Todos los deportes pueden practicarse, incluidos los más intensos: lo importante es refrigerarse bien y beber suficiente líquido. Las ropas técnicas transpirables deben probarse fuera de toda actividad física y de cualquier episodio de eczema para verificar que se soportan bien. Además, ten siempre a mano una toalla para el sudor y una botella de agua. Tras la sesión, toma una ducha rápida, sécate absorbiendo la humedad con una toalla suave, y usa un emoliente.
Pieles muy secas con tendencia al eczema atópico
Eczema