Existen muchos tratamientos para la psoriasis y de naturaleza muy variada en términos de principio activo, forma galénica y vía de administración. Una persona con psoriasis suele recurrir a distintos tratamientos para curarse. Todo depende de la extensión de las lesiones, de la frecuencia de los brotes, y del impacto de la enfermedad en el día a día y en la calidad de vida. ¡A continuación te ofrecemos toda la información sobre los tratamientos para la psoriasis!
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Los primeros tratamientos para la psoriasis que hay que prever son locales. Los dermocorticoides llevan usándose durante décadas para tratar los brotes, pero su mala fama asusta. Sin embargo, no tienen nada que ver con la ingesta de corticoides por vía general durante meses o incluso años. Los dermocorticoides tienen algunos efectos secundarios locales, pero suelen tolerarse muy bien si se utilizan siguiendo la receta del médico. Los derivados de la vitamina D también se utilizan muy a menudo, solos o combinados con los dermocorticoides. También gozan de una buena tolerancia, exceptuando algunos signos de irritación cutánea al iniciar el tratamiento.
Hay varios tratamientos para la psoriasis que se toman por vía oral. Entre otros, el metotrexato. Este medicamento limita la proliferación celular en la psoriasis, así como en otras enfermedades inflamatorias. Se administra por vía oral o inyectable solamente una vez a la semana. También está la ciclosporina, un medicamento inmunosupresor originalmente destinado a limitar el riesgo de rechazo durante un trasplante de órganos. La acitretina y el apremilast son otras dos moléculas disponibles, pero menos empleadas.
Las bioterapias son probablemente el tipo de medicamento más mencionado en el tratamiento de la psoriasis hoy día. Y es que han revolucionado la gestión de esta enfermedad, tanto en su forma cutánea como articular. Las bioterapias funcionan a base de inyecciones una o varias veces al mes en función de los protocolos. Periódicamente salen nuevas bioterapias que permiten aliviar a muchos pacientes. Sin embargo, las bioterapias están destinadas a la psoriasis de moderada a grave, con un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes.
La fototerapia es una técnica médica en el límite entre los tratamientos locales y generales. Se basa en los efectos beneficiosos, antiinflamatorios e inmunosupresores de los rayos ultravioleta (clasificados como UV) en las placas de psoriasis. Muchas personas con psoriasis pueden experimentar efectos favorables durante la temporada de verano cuando la radiación aumenta. La fototerapia se utiliza exclusivamente bajo supervisión médica y en forma de tratamiento para la psoriasis de corta duración.
El médico también puede proponer una
como tratamiento para la psoriasis con el fin de aliviar al paciente. Algunas aguas termales se consideran antiinflamatorias y calmantes, y actúan tanto en la piel del paciente como en su mente. De hecho, una cura termal suele ser la excusa ideal para relajarse, aprender a curarse mejor y conocer a otras personas con la misma enfermedad cutánea.
Por otro lado, hay muchos tratamientos adicionales o complementarios conocidos como “ tratamientos naturales para la psoriasis ” que pueden adquirirse sin receta médica en la farmacia o en Internet. Los tratamientos naturales más populares se basan en la homeopatía y la aromaterapia, aunque también existen otras soluciones como la fitoterapia, los probióticos, la micronutrición… Al mismo tiempo, puede seguirse una sesión de osteopatía, sofrología, hipnosis, acupuntura... ¿Pero qué resultados cabe esperar? Todo depende. En algunos casos, su eficacia es interesante para complementar el tratamiento recetado por el médico. En otros, no llega a producirse ningún cambio significativo. Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿Intentarlo todo? ¿Renunciar? Lo más razonable es optar por las terapias que más nos corresponden, sin que nos lleven demasiado tiempo ni supongan demasiada inversión.
Los tratamientos para la psoriasis son tan variados que puede resultar difícil dar con el adecuado. En cualquier caso, conviene tener presente cuatro cuestiones fundamentales: