Se trata de una idea preconcebida que acompaña a la mayoría de enfermedades de la piel pero que debe combatirse en el caso del eczema. No, el eczema no es contagioso, ni debido a una falta de higiene, ni según su forma: eczema atópico, eczema de contacto, eczema crónico de las manos, eczema durante el embarazo. El eczema no se transmite dando la mano o dando un beso. No «se coge» bañándose en la misma piscina que una persona afectada de eczema o compartiendo la toalla.
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Un niño afectado de eczema puede ir al colegio con normalidad sin riesgo de contagiar a sus pequeños compañeros de clase. Desgraciadamente, la mirada de otros niños y de otros padres, incluso del profesor puede resultar dura a veces. Hay que dedicar tiempo a explicar la enfermedad, su carácter crónico pero no contagioso, su tratamiento. En este punto, puede ser interesante solicitar una entrevista con el profesor o presentar un certificado médico para acabar con las dudas sobre si el eczema es contagioso.
No obstante, el eczema en ocasiones puede sobreinfectarse y, en ese caso, el niño puede tener que ausentarse temporalmente de las clases. Las principales sobreinfecciones son de origen bacteriano: las lesiones de eczema se vuelven supurativas y se cubren de costras de color amarillento. En estos casos suele prescribirse un tratamiento local y, en ocasiones, también un tratamiento mediante antibióticos. Las sobreinfecciones víricas son fundamentalmente debidas al virus del herpes y pueden llegar a ser muy graves. Para evitarlas, es conveniente limitar el contacto en pleno episodio de eczema con una persona portadora de una ampolla febril.
En todos los casos, cabe seguir ciertas normas de sentido común: evitar la manipulación de las lesiones fuera de los cuidados previstos, lavarse las manos antes y después de los cuidados, cortarse las uñas y, ante un cambio de aspecto de las lesiones o de los signos generales como la fiebre o la fatiga, acudir rápidamente al médico.
Pieles muy secas con tendencia al eczema atópico
Eczema