La psoriasis es una enfermedad compleja y multifactorial. Un mejor conocimiento de los mecanismos y causas de la psoriasis ayuda a controlar mejor los brotes y aceptar la enfermedad a diario. Y es que la psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica para la que todavía no existe un tratamiento definitivo y completo. Los tratamientos disponibles funcionan muy bien, pero no protegen al paciente contra un nuevo brote; de ahí la necesidad de aprender a convivir con su enfermedad.
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En cada nuevo brote intervienen los mismos mecanismos, los cuales se reducen cuando se pone en marcha el tratamiento y se resuelve el brote.
Las placas de psoriasis no aparecen por sí solas, son el resultado de muchos fenómenos inflamatorios que se producen en la piel. Algo infinitamente pequeño genera unas placas bien visibles. Las principales células implicadas son, por un lado, las células inmunitarias que se activan causando un estado inflamatorio y, por otro, los queratinocitos, las células más abundantes de la piel, que se renuevan mucho más rápido de lo normal: una renovación clásica suele tardar 21-28 días frente a 3-5 días en los pacientes con psoriasis. Se multiplican a gran velocidad acumulándose en la superficie de la piel y provocando la aparición de escamas en las placas de psoriasis. Algunas teorías sobre los mecanismos detrás de la psoriasis sugieren que se trata de una enfermedad autoinmune. A la espera de obtener más información al respecto, es cierto que la inmunidad desempeña un papel importante en el desarrollo de la psoriasis.
En particular, ha permitido destacar la función clave de ciertas moléculas inflamatorias como el TNF-α (Tumor Necrosis Factor-alpha), la IL-23 (interleucina-23) y la IL-17 (interleucina-17), lo que ha contribuido al desarrollo de varios medicamentos (anticuerpos monoclonales, bioterapias). Los últimos fármacos comercializados combaten el componente inflamatorio en su conjunto actuando en una sola molécula. En estos casos se habla de terapia dirigida.
Otra importante área de investigación se centra en los genes implicados en la psoriasis. Por ahora, solo se conocen unos pocos genes de predisposición, es decir, genes que favorecen la aparición de la enfermedad sin que ello sea sistemático o automático. Actualmente no se conoce ningún “gen de la psoriasis”. De hecho, puede que ni siquiera exista este tipo de gen. En cuanto a la transmisión de la enfermedad a sus hijos, es algo bastante posible ya que los genes pueden transmitirse de generación en generación. Pero una vez más, ¡no se trata de algo sistemático ni automático! Nadie puede predecirlo de antemano, ni al concebir el niño ni durante el embarazo de una mujer con psoriasis. Por otro lado, los padres que ya están sensibilizados con la psoriasis podrán manejar más fácilmente un brote si se da el caso.
A menudo detrás de un brote de psoriasis se esconden uno o varios factores. Suelen ser variados y sobre todo variables: cambian de una persona a otra e incluso de un brote a otro. En algunos casos, los factores son recurrentes en una cierta persona y pueden llegar a identificarse claramente: lo mejor en estos casos es evitar el contacto con dicho factor para ayudar a limitar los brotes. En otros casos, no puede identificarse ningún factor realmente. Resulta desconcertante y decepcionante pues siempre buscamos a un “culpable” para tranquilizarnos y sentir que controlamos la situación. ¿Cuáles son los distintos factores que desencadenan o favorecen los brotes?
El estrés se cita con frecuencia como causa de la psoriasis y otras enfermedades de la piel. Es cierto que puede agravar la situación, desencadenar ciertos brotes, ¡pero el estrés nunca es el único responsable! Se trata de un factor entre muchos otros.
Su principal particularidad reside en que se trata tanto de una posible causa como de una posible consecuencia de la psoriasis. Al sentir estrés “desarrollo” psoriasis, y al tener psoriasis siento estrés (por cómo me miran los demás, porque tengo que elegir cuidadosamente mi ropa por la mañana, porque una vez más los picores no van a dejarme dormir esta noche...).
Cuando el estrés es demasiado grande lo mejor es buscar ayuda. Existen muchos métodos que permiten encontrar recursos internos para superar situaciones estresantes, como el yoga, la sofrología...
Sin embargo, un brote de psoriasis puede manifestarse sin que el paciente pueda identificar una fuente de estrés. Algunos pacientes no se sienten estresados en absoluto y sufren de este atajo creado entre el estrés y su enfermedad de la piel.