El estrés suele citarse como uno de los principales factores que desencadenan o favorecen los brotes de psoriasis. ¡Pero cuidado con no meter todo en el mismo saco ni sacar conclusiones demasiado rápido! El estrés no deja de ser un factor entre otros tantos.
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En algunas personas, el estrés origina claramente los brotes de psoriasis(la vuelta al cole, un cambio de trabajo, un examen en el instituto o la universidad...); en otras, el vínculo es menos obvio o incluso totalmente inexistente a veces. Lo peor que puede decírsele a una persona con placas de psoriasis es una frase tipo: “No es nada, solo el reflejo de todo tu estrés”. Eso no es así. La psoriasis no es la expresión del estrés o de un malestar profundo. Y no, la psoriasis no es una enfermedad psicosomática. La psoriasis es ante todo una enfermedad inflamatoria crónica de la piel y/o las articulaciones.
El estrés puede tener a veces un efecto sobre la psoriasis, pero la psoriasis también puede tener un efecto sobre el estrés. En efecto, padecer de psoriasis implica tener que seguir un tratamiento y cuidar de su piel a diario. Tener psoriasis también significa levantarse cada mañana preguntándose cómo va a estar su piel. Todo esto puede generar cierto estrés. El estrés y la psoriasis están inmersos en un verdadero círculo vicioso. Por lo que no puede afirmarse rotundamente que exista la psoriasis por estrés.
De una forma u otra, ¿cómo podemos combatir eficazmente el estrés cuando tenemos psoriasis? Existen varios métodos: la sofrología, el yoga, la meditación... Practicar un deporte también es una buena manera de evacuar todo el estrés. Cada día, en cuanto aparezca un pensamiento estresante, podemos cerrar los ojos un rato, respirar profundamente, pensar en algo positivo, estrujar una bola antiestrés, escuchar música... Cada uno puede tener su propia forma de superar el estrés y seguir adelante. Hay que evitar combatir el estrés aumentando su consumo de tabaco y/o alcohol, ya que estas sustancias pueden empeorar la psoriasis.
