Cuando sufrimos de psoriasis, solemos buscar las causas u orígenes de la enfermedad dentro y alrededor nuestro. La psoriasis tiene probablemente un origen genético ya que en torno a un 30% de las personas que la padecen tiene antecedentes familiares de psoriasis.
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Pero como esta cifra no es del 100%, la psoriasis no siempre es una simple enfermedad hereditaria, no siempre es un mero “asunto de familia”. De hecho, no hay un único gen responsable de la enfermedad, sino más bien una asociación de varios genes conocidos como “de predisposición” que se combinan con algunos factores ambientales, como el clima, el estrés y el estilo de vida, provocando, la aparición o no de lesiones cutáneas y/o articulares.
Es importante tener en cuenta que la psoriasis es una enfermedad compleja y multifactorial. El resentimiento, la vergüenza o la culpabilidad son emociones que pueden fácilmente experimentarse en caso de psoriasis, ¡pero no deben impedirnos hacer nuestra vida! La mejor y única manera de proceder es dar siempre lo mejor de sí mismo, seguir bien su tratamiento, evitar los desencadenantes en la medida de lo posible, y cuidar de su piel a diario.
Hay una pregunta sobre el origen de la psoriasis que se repite una y otra vez: dado que la psoriasis tiene un componente genético y hereditario, ¿transmitiré la enfermedad a mis hijos? Supone una verdadera angustia, sobre todo cuando la enfermedad se lleva mal, es muy visible y/o muy dolorosa. Una vez más, podemos fijarnos en las cifras disponibles sobre la transmisión de la psoriasis:
Es imposible predecir de antemano si la transmisión se hará o no, es decir, si la psoriasis es genética. En cambio, si se declara la enfermedad, los padres ya afectados por ella saben mejor que nadie cómo ayudar al niño o el adolescente a lidiar con la psoriasis. De hecho, puede que lo hagan incluso de forma más eficaz que con ellos mismos, aunque hay que procurar no sobreproteger a sus hijos y dejarles tomar iniciativas.
Piel con tendencia psoriásica
Piel con tendencia a la psoriasis