La psoriasis en placas es la forma más común de psoriasis. Las principales zonas afectadas por la psoriasis en placas son las zonas de fricción, sobre todo los codos, las rodillas, las piernas y los brazos. Pero la psoriasis en placas también puede afectar a la espalda y las nalgas, siendo más común la parte inferior de la espalda (o la parte superior de las nalgas).
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Se trata de la región lumbosacra, una zona afectada por la psoriasis que también sufre una fricción constante con la ropa y durante las acciones cotidianas, como puede ser llevar una mochila. Nos rascamos con frecuencia, durante un tiempo prolongado, continuamente, a veces sin darnos cuenta, y sin posibilidad de ver en qué condiciones están las placas. Y rascarse empeora las lesiones.
En el caso de la psoriasis de la espalda y las nalgas, las placas no se ven, pero eso no evita que las personas afectadas se sientan muy acomplejadas. De hecho, las escamas pueden desprenderse rápidamente y ensuciar la ropa, sobre todo las prendas más oscuras. ¿Y qué hacer cuando llega el buen tiempo y suben las temperaturas? Ponerse en bañador y enseñar su espalda cubierta de placas resulta difícil, si no misión imposible para algunos pacientes. Así que nos quedamos en camiseta, nos atamos un pareo y evitamos que se nos escape un pedazo de piel.
Otra forma de psoriasis de las nalgas afecta más específicamente al pliegue entre las nalgas: se trata de la psoriasis inversa, también conocida como psoriasis flexural. Sus placas son rojas y a menudo carecen de escamas. Las molestias son intensas y se acentúan a la hora de mantener relaciones íntimas. Tenemos miedo de mostrarnos ante la otra persona, miedo de dar asco, miedo de que pueda confundirse con una infección de transmisión sexual (ITS). Todo esto puede causar una disminución del deseo y dificultades en sus relaciones de pareja. No hay que dudar en hablar del tema con un profesional de la salud en quien tengamos confianza cuando sea necesario.
Piel con tendencia psoriásica
Piel con tendencia a la psoriasis