La psoriasis palmoplantar que, como su nombre indica, afecta a las palmas de las manos y/o las plantas de los pies, no es una forma muy corriente de la enfermedad. Este tipo de psoriasis puede presentarse de manera aislada o acompañada de psoriasis en otros lugares: cuero cabelludo, cara, rodillas, codos…
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En los casos de psoriasis de las manos y los pies, las lesiones suelen ser muy secas, gruesas, y la piel se agrieta y sangra en ciertos lugares. En ocasiones las lesiones son pustulosas, es decir, están cubiertas por unas pequeñas burbujas denominadas pústulas.
Además de ser poco atractiva, la psoriasis palmoplantar resulta especialmente incapacitante a diario: dolores y hemorragias bajo los pies, entre los dedos de los pies o las manos, dificultad para coger los objetos, ponerse los zapatos o andar… En período de crisis, estrechar la mano de otra persona es todo un desafío.
La psoriasis palmoplantar a veces puede confundirse con otras enfermedades de la piel: eczema de contacto, eczema crónico de las manos, micosis… Es esencial pedir cita con el dermatólogo para aclarar la situación.
Las manos y los pies son zonas donde se sitúa la psoriasis bastante difíciles de tratar: las manos se utilizan para tocar, coger objetos, y se lavan muy a menudo al pasar de una actividad a otra, lo que puede aumentar la irritación; los pies, por su parte, se encuentran encerrados en zapatos que no siempre resultan cómodos y sufren una fricción importante.
Cuando se tiene psoriasis palmoplantar es preciso seguir algunas normas simples:
Piel con tendencia psoriásica
Piel con tendencia a la psoriasis