El prurito iatrogénico o prurito por medicamentos

El prurito por medicamentos es una forma muy particular de prurito, vinculada al uso de uno o varios medicamentos sistémicos. Las moléculas responsables del prurito por medicamentos son muy diversas y, a veces, resultan difíciles de identificar, sobre todo si la persona es frágil y toma varios medicamentos. El papel del médico es esencial en el manejo del prurito por medicamentos, tanto a la hora de establecer el diagnóstico como de proponer una solución adaptada a cada paciente.

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Contenido

Reconocer el prurito iatrogénico

El prurito por medicamentos forma parte de los pruritos sin materia, es decir, se trata de un prurito de origen no dermatológico, y sin ninguna lesión cutánea que pueda explicarlo.

La mayoría de las veces, el prurito iatrogénico es un prurito generalizado, presente en todo el cuerpo. Por eso se hace difícil resistir a las ganas de rascarse, y pueden aparecer lesiones de rascado (o prurigo).

La sensación de picor puede presentarse al principio del tratamiento o más tarde, según el caso. El prurito por medicamentos puede manifestarse incluso con dosis bajas. Se ve favorecido por un conjunto de factores comunes a todos los pruritos, como la sequedad cutánea, las condiciones climáticas, el estrés, el uso de cosméticos inadecuados...

¿Cuáles son las causas del prurito por medicamentos?

Como su nombre indica, el prurito por medicamentos se ve inducido por el uso de uno o varios medicamentos sistémicos.

Muchos prospectos de medicamentos mencionan el prurito y el picor como posibles efectos secundarios derivados del tratamiento. Estos medicamentos pertenecen a clases terapéuticas muy diferentes, y pueden ser tratamientos agudos o crónicos, dependiendo del caso. A continuación, indicamos algunos ejemplos de medicamentos con riesgo de desarrollar prurito iatrogénico:

  • Antibióticos. Ejemplos: las tetraciclinas, los betalactámicos.
  • Antihipertensivos. Ejemplos: los inhibidores de la enzima de conversión.
  • Fármacos para el corazón. Ejemplos: los betabloqueantes, la amiodarona.
  • Fármacos hipolipemiantes. Ejemplos: las estatinas y los fibratos.
  • Analgésicos. Ejemplos: la morfina y sus derivados, la aspirina, los antiinflamatorios no esteroideos.
  • Antiepilépticos. Ejemplos: los barbitúricos, la carbamazepina, el valproato de sodio.
  • Antidepresivos. Ejemplos: los antidepresivos tricíclicos.
  • Otros. Ejemplos: el alopurinol, los medios de contraste yodados.

Con todo, es cierto que cualquier medicamento puede provocar prurito iatrogénico. Es importante indicar al médico toda la medicación que hayamos tomado recientemente, tanto si nos la han recetado como si no. ¿Por qué nos rascamos? Los medicamentos pueden causar prurito iatrogénico a través de varios mecanismos:

  • Inmunológicos: el prurito por medicamentos se produce en el contexto de una hipersensibilidad inmediata o retardada.
  • Farmacológicos: el prurito por medicamentos se presenta de forma más indirecta, a raíz de los diferentes mecanismos de acción de estos últimos. Por lo tanto, un fármaco que provoca sequedad en la piel puede ser la causa del prurito. Lo mismo ocurre con los fármacos que provocan colestasis o liberación de histamina.

Cabe señalar que en algunos casos se desconoce por qué se inicia el prurito por medicamentos.

Aliviar el picor derivado del prurito por medicamentos

En el caso del prurito por medicamentos, suele ser necesario interrumpir el tratamiento para confirmar el diagnóstico y aliviar el prurito de manera eficaz, generalmente tras varias semanas de interrupción. La suspensión del tratamiento debe acordarse con el médico, excepto en los casos de lesiones cutáneas muy graves, en los que el tratamiento debe interrumpirse de inmediato.

A veces se receta un antihistamínico de forma paralela en caso de prurito por medicamentos. El uso de dermocosméticos adaptados como un aceite limpiador calmante y una crema anti-picor ayuda a aliviar la piel. En lugar de rascarse, es preferible aplicarse la crema anti-picor todas las veces que resulte necesario. La aplicación de frío sobre la piel también ayuda a calmar el prurito por medicamentos: agua termal, el dorso de una cuchara, un abanico, una bolsa de guisantes congelados...

Para acabar con el prurito, el médico sustituye el fármaco responsable del prurito iatrogénico por otro, aunque lamentablemente esto no siempre es posible. Si es necesario mantener el fármaco en cuestión, por lo general se considera reducir la dosis para seguir beneficiándose de la eficacia del tratamiento limitando al mismo tiempo los efectos adversos.

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