El prurito es una sensación desagradable que todo el mundo conoce. Sin embargo, el origen del prurito varía mucho de una persona a otra. El prurito de origen no dermatológico, también conocido como prurito sin materia , abarca un extenso grupo que incluye los pruritos sistémicos, neurológicos, psicógenos y demás pruritos de causa indeterminada. Conocer con más detalle el prurito sin materia permite comprender mejor las razones del rascado y mejorar el tratamiento de las personas afectadas.
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El prurito sin materia se define como aquel prurito de origen no dermatológico, es decir, un prurito sin una lesión cutánea (como granos o placas) que lo explique.
Eso sí, puede ir acompañado de lesiones cutáneas, a veces muy grandes, que aparecen como consecuencia del rascado.
El prurito sin materia pue de ser localizado o generalizado, y afectar absolutamente a cualquier parte del cuerpo.
Las causas del prurito sin materia son muy diversas. Para tener una visión más clara, lo mejor es separar los diferentes pruritos sin materia Sen varias categorías distintas, según la causa del prurito.
Muchas enfermedades sistémicas, más o menos frecuentes, y más o menos graves, pueden ir acompañadas de prurito sin materia . Entre ellas cabe citar la colestasis, que es una enfermedad del hígado; la insuficiencia renal crónica; las hemopatías o enfermedades de la sangre, en particular, los linfomas; los cánceres; las enfermedades autoinmunes; las infecciones víricas o parasitarias; la diabetes; los trastornos de la tiroides; ciertas carencias micronutricionales, como la de hierro, etc. En algunos casos, el prurito es el síntoma más molesto para la persona y es lo que le lleva a consultar a su médico de cabecera. Entonces hay que realizar pruebas adicionales para establecer el diagnóstico e instaurar un tratamiento adaptado a la patología en cuestión. En la categoría de los pruritos sin materia de origen sistémico, se pueden añadir todos los pruritos por medicamentos y el prurito del embarazo.
Estos pruritos sin materia se deben a un ataque al sistema nervioso a nivel central (ejemplo: esclerosis en placas) o periférico (ejemplo: herpes zóster). Existen otros tipos de prurito neurológico, por ejemplo los debidos a la compresión de los nervios. El prurito neurológico suele ir acompañado de otros síntomas molestos, como hormigueo, sensaciones de ardor o dolor.
También conocido como prurito nervioso, el prurito sin materia de origen psicógeno puede desencadenarse a raíz de un suceso que deja huella, como un duelo, un despido, la enfermedad de un ser querido... En ocasiones, el picor nervioso puede estar asociado a una enfermedad psiquiátrica, como la psicosis. En este caso, el prurito puede ser el resultado de un delirio parasitario y ser muy duro para el paciente y su entorno cercano. El prurito psicógeno suele empeorar durante los periodos de descanso y, por ende, durante la noche. El estrés agrava el picor asociado al prurito psicógeno.
En este grupo entran todos los pruritos sin materia cuyo origen ha resultado imposible de identificar, tras descartar todas las demás causas posibles. Uno de los pruritos sin materia más comunes presentes en esta categoría es el prurito senil, que afecta específicamente a las personas mayores.
En todos los casos, hay varios factores que tienden a favorecer el prurito sin materia : la sequedad cutánea, las condiciones climáticas, el estrés, el uso de productos de higiene y de cuidado inadecuados, la ropa ajustada...
El tratamiento del prurito sine materia depende del origen del prurito. No existe un tratamiento único ni una cura milagrosa. Es fundamental encontrar la causa del prurito sine materia para poder gestionarlo.
Sea cual sea la causa del prurito sin materia , se pueden adoptar unas medidas sencillas en el día a día para aliviar el picor de la piel: darse duchas rápidas con agua tibia, lavarse con un jabón suave, un syndet o un aceite limpiador, hidratar la piel con una crema hidratante rica en activos anti-picor, llevar ropa holgada de algodón y procurar relajarse para frenar el prurito debido al estrés.