Los signos clínicos de la psoriasis, esto es, el enrojecimiento, los picores, las escamas, las molestias en la piel, la alternancia entre brotes y remisiones, etc. no son consustanciales a la psoriasis, también pueden encontrarse en otras enfermedades de la piel. En concreto, la psoriasis puede confundirse con la dermatitis o dermatitis seborreica.
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La dermatitis es una dermatosis inflamatoria crónica que afecta principalmente a los adultos (y a los lactantes en forma de “costra láctea”) en la cara, el cuero cabelludo, las orejas, en ocasiones el tronco, los órganos genitales o incluso los pliegues (de ahí que pueda confundirse con la psoriasis inversa). Las levaduras del género Malassezia presentes en la superficie de la piel desempeñan probablemente un importante papel en la fisiopatología de la dermatitis seborreica, por eso las cremas antifúngicas y los champús suelen resultar eficaces en la dermatitis seborreica pero no ejercen ningún efecto en la psoriasis.
La diferencia entre la psoriasis y la dermatitis seborreica reside básicamente en el aspecto de las lesiones.
La psoriasis y la dermatitis seborreica suelen causar un problema de “piel roja”, especialmente en la cara. Ante este problema, el maquillaje representa una verdadera oportunidad para afrontar la mirada de los demás con más serenidad. ¡No hay que dudar en recurrir al maquillaje con la excusa de que se padece una enfermedad de la piel! El uso de correctores verdes bajo la base de maquillaje o los polvos permite camuflar eficazmente las rojeces durante todo el día.
Piel con tendencia psoriásica
Piel con tendencia a la psoriasis